viernes, septiembre 21, 2007

NO QUEDARA (CASI) NADA

La máquina de escribir se convierte (es) en una cucaracha en Interzona (Interzona es donde habitan los malos recuerdos, los malos viajes, aquello que debidos de hacer y sin embargo no hicimos)… las cucarachas dicen, serán lo único que sobreviva a una guerra atómica, serán lo único que quede, los únicos vestigios de lo que hubo (no quedará nada: no quedara nada de ti, ni de ti, quizás solo algún recuerdo escrito en pedazos de papel quemados que se arrastran hacia el olvido, y mucho antes de todo ello, tampoco habré quedado yo) … no es casualidad que sea ese insecto: hubiesen podido ser tóxicas escolopendras de cuerpos segmentados, o coleópteros de brillantes colores … pero se convertía en una cucaracha… y ese pensamiento es inquietante: las palabras que escupe una maquina de escribir, algo inorgánico que se convierte en algo orgánico, visceral, repulsivo en su esencia, en cualquiera de sus connotaciones, igual que pueden serlo las palabras: un instrumento. Quizás sea comprensible, en una bizarra analogía (no tanto pensándolo bien) con la comparación que hacia Burroughs entre el escritor, quien percute las teclas, con una maquina registradora, con una grabadora …el almuerzo desnudo se excede de su origen (fue Kerouac quien sugirió a Burroughs el titulo), el almuerzo desnudo es una inquietante pesadilla, un viaje que se tuerce, y un viajero, un psiconauta tal vez, que se pierde y descubre que es mas interesante aquello que encuentra que lo que pretendía encontrar…la maquina de escribir es una cucaracha, y el escritor es una maquina de registrar situaciones. Y ahora debo de registrar todo aquello que pueda, porque después solo quedará, quizás, el recuerdo en un pedazo de papel quemado que se arrastra hacia el olvido pero ¿no ocurrió eso ya?

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