domingo, mayo 20, 2007

"SEÑOR, POR FAVOR"

Cuando miro a mi izquierda no hay impresionantes y resplandecientes rótulos de neón cubriendo todo un edificio, ni brillantes taxis q se deslizan suavemente por un asfalto obscuro y perfectamente alisado, ni veo tampoco gente vestida de caras firmas, con caros zapatos y caros bolsos, con sofisticados peinados y perfectos maquillajes sobre sus suaves y definidos pómulos, sobre sus carnosos y sensuales labios... solo veo a una vieja arrodillada en una sucia calle pidiendo limosna, una vieja y suplicante santona salmodiando alguna plegaria q le haga llegar de algún modo comida y pueda prolongar así su miserable existencia un día mas para poder, otra vez, arrodillarse y mendigar: no me cuesta verla cuando ya se ha marchado, subiendo una polvorienta calle sin asfaltar con casas de adobe a ambos lado, entre perros flacos y rostros tristes y marchitos. Se acerca de mí una niña de carita bonita y sucia que me pide algo de dinero, “algo de dinero para poder comer“, me dice con sus mejillas tiznadas y sonrosadas, vestida con sus ropitas sucias y raídas, de un rosa pálido, como las almas que flotan entre ambos mundos sin poder ya pertenecer a ninguno "señor, por favor, déme algo para poder comer". Y yo la miro a los ojos, esos ojos grandes y tristes y le digo que no puedo - "no puedo… no puedo, de verdad: NO PUEDO" - mientras se me ahoga la voz y tengo q ue retirar la mirada de esos ojos -"señor, por favor.." "no puedo.. perdoname, por favor, perdoname, pero no puedo.. si te doy a ti, vendrán más y más, y después más, y me ahogareis con vuestra pena , que se unirá la mía, y me ahogareis, lo haríais, lo siento, de verdad que LO SIENTO"- le digo mientras me alejo enfundado en mi Ipod, y rezo por volver a verla y poder darle unas miserables y tristes monedas para así poder lavar mi triste y miserable alma. Ella se aleja inalterable, porque ya no le afecta nada de lo que le digan, ya nada le puede doler después de haber llorado tanto y haber visto alejarse de ella a tantas personas que no tiene ningún significado ya.
De vuelta a la habitación de mi hotel de cinco estrellas, allí todo esta como recordaba. Me veo sentado en el borde de mi enorme cama, pasando los canales de televisión sistemáticamente, con la esperanza de encontrar uno lo suficientemente banal o hasta que los haya pasado todos , del primero al último, y pueda volver a hacerlo otra vez, desde el principio, o decida apagar la television y tumbarme boca arriba mirando el techo, mientras escucho el sonido enloquecido de cláxones y sirenas rompiendo recuerdos de rostros amables que vienen a ayudarme y rescatarme de esta brutal pobreza y soledad... "señor, por favor...por favor..."

3 comentarios:

Señor Pollo dijo...

DR.DUKE, me complace informarle que Señor Pollo accede de gran agrado linkear su estupendo blog de "miedo y asco en cualquier lado".
Por cierto, ¿qué disco andaba buscando y encontró en el blog? es por simple curiosidad.
Saludos Pío-Pío.

Dr. Duke dijo...

El último de Deluxe,pero tiene muchas cosas interesantes, así que andaré por ahí. Ah! está linkado. ;-)

Satinam dijo...

He vivido esa situación varias veces. Alguna de las últimas, cuando se arremolinaron a mi alrededor una docena de chiquillos opté por entrar en un supermercado cercano y comprarles algunas golosinas. Una de las niñas me acompañó y me dijo cuáles les gustaban. Cuando salimos les dí el paquete (era grande) y esta niña se lo dió a su hermana mayor - supongo que era por el parecido - y ella repartió la bolsa entre todos los niños que estaban allí. Impresionante.