viernes, julio 27, 2007

EL BUDA DE LOS SUBURBIOS

Como casi todo lo que merece la pena en la vida, el primer libro de Kureishi que leí, “El Buda de los Suburbios”, llegó a mis manos de casualidad: me ofrecieron comprarlo, y sin saber muy bien porque lo hacia (miento, si lo se: porque fui incapaz de decir que no) terminé comprándolo.
No fue complicado leerlo; de hecho, pensé que Kureishi era un cabrón que había vivido y que sabía escribir, así que merecía la pena prestarle atención (me alegre de haber, por casualidad, cacertado) quizás por su mezcla de orígenes, ya sabéis, medio paki- medio inglés, con esa característica sensación de indolencia emotiva hacia sus orígenes raciales, perdida en pos de las características genéticas de su país de adopción, con toda la carga de autonegación que ello implica habitualmente. Quizás por su actitud cínica y descreída que me hacía sentirme cómodo leyéndolo. Quizás por los temas que en el libro iban, súbitamente, apareciendo. Quizás por la capacidad de atracción que iba, página a página, demostrándome tener. Quizás porque el rock sucedía al punk, y este al rock con igual desinterés y porque los personajes que iban apareciendo entre sus páginas se deslizaban entre la heterosexualidad, la homosexualidad y la bisexualidad con igual fluidez, la misma fluidez con la que se bien se narraba un encuentro triste y casual que después se repite como una apenada desesperada coda bien describía como uno de sus personajes se masturbaba con igual tristeza. Quizás porque las drogas no eran malas después de todo, no como nos habían dicho. Quizás porque todas la noche es similar en cualquier lugar. Quizás porque los conflictos interraciales, olos culturales, o los políticos, o los personales, solo son el reflejo de un enfrentamiento filogenético más profundo, más inalcanzable, más inexplicable. Después de haber leído este, comencé a buscar, en bibliotecas, o puestos de libros de segunda mano o, cuando me lo podía permitir, en librerías, más libros suyos: “El regalo de Gabriel”, “El libro negro”, “Intimidad” (este después de haber visto su adaptación cinematográfica), o “El cuerpo”. También grabé (y posteriormente ví) en la2, dentro de un cine club, su primera y única película como director, “Londres me mata” . Luego pensé estaba pendiente el recuperar su labor como guinista y que debia de empezar, claro, por “Mi hermosa lavandería”o por “Sammy y Rose se lo montan”. Ahora, no sé muy bien por qué, pienso que me gustaría leer algo suyo. Si: sería una buena opción, así que, con todo esto, sin saber muy bien como he llegado a ello, ahora me veo preguntando donde podría conseguir libros de segunda mano…..

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aunque sin querer (fue más por la curiosidad que me despierta tu modo de escritura) fue lo primero que lei de tus escritos, aun no entiendo como no tienes una vida más bohemia