EL ULTIMO JUNKIE ROMANTICO

Antonio Vega es la sublimación del junkie romántico. Antonio Vega es el paradigma de como una adicción externa no es sino la somatización de una más profunda, más adictiva, más triste... Quizás ella fue solo el catalizador, algo necesario, algo que debía de estar ahí para que todo tuviese sentido, sentido entre la mirada lánguida y el émbolo perezoso, que hacen que Antonio se deje llevar por la antigua indolencia a través de la geografía que conforman sus venas tumefactas y sus arrugas en los labios... y mientras Antonio se arrulla entre los brazos de la adormidera, sueña con ella, sabiendo que ya es el único modo que tiene de que sea así. Las noches gastadas se asoman a veces, aunque solo sea por unos segundos, entre los párpados que apenas resisten su gravedad, y la ternura (efimera) recorre su torrente sanguineo, haciendo que se mitigue el dolor. Y Antonio no intenta resistir. Porque después, cuando el dragón se haya dejado ver, todo habrá alcanzado sentido al fin. Junto a ella.